Denervación facetaria por rizólisis
Resumen
La denervación percutánea facetaria lumbar es una técnica mínimamente invasiva que proporciona una pronta mejoría del dolor lumbar y permite a los pacientes reanudar rápidamente sus actividades cotidianas. Su uso no limita una cirugía posterior y puede evitarla en un porcentaje importante de pacientes con motivación para seguir un programa de reeducación y fortalecimiento muscular.
¿Qué es la denervación percutánea facetaria?
El Síndrome Facetario es el dolor que se produce en las articulaciones facetarias de la zona lumbar y en los tejidos que la rodean.
La denervación percutánea facetaria lumbar por radiofrecuencia o rizolisis es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva indicada en el tratamiento sintomático del dolor lumbar crónico de origen facetario. Se aplica en los cuadros de dolor de las articulaciones posteriores que no han respondido a tratamientos conservadores.
¿Cómo se realiza?
En este tratamiento por radiofrecuencia el paciente tumbado es monitorizado por un aparato de radioscopia digital (rayos x) que permite ver la columna de forma detallada a lo largo del proceso. La rizólisis aplica una corriente en el nervio que transmite la sensibilidad gracias a un electrodo, lo que hace que se termocoagulen los nervios aliviando el dolor.
Deben destruirse las raíces de, como mínimo, dos segmentos, y deben hacerse dos o tres lesiones en cada raíz, ya que existen variaciones individuales en su recorrido.
Casos de aplicación
La rizólisis es eficaz en enfermos crónicos afectados de lesiones en las facetas articulares vertebrales. En ocasiones, puede ocurrir que, a pesar de que se destruya el nervio de una articulación facetaria, como ésta recibe nervios de dos o incluso tres niveles vertebrales, el dolor del paciente puede no remitir o hacerlo de manera transitoria.
En este tratamiento los nervios no se regeneran, ya que el objetivo es destruirlos, algo que a largo plazo puede provocar problemas e incluso no ser eficaz en la remisión del dolor en algunos casos, aunque son los menos frecuentes.
Beneficios
- No precisa cirugía
- No necesita hospitalización
- Mejora de la calidad de vida gracias al alivio del dolor
- Ayuda a la localización precisa de la zona de dolor
- El 80% de los pacientes mejoran
Posibles riesgos
- Aumento temporal del dolor
- Reacción a las medicaciones, tal como calor repentino o sarpullido.
- Infección en el sitio de la inyección.
- Hematoma si hay daño accidental a un vaso sanguíneo.
- Lesión a los nervios en el sitio de la inyección.